Digitalizar o desaparecer: el reto de las pymes

10/06/2025

Productividad, datos, ciberseguridad y resiliencia: cuatro razones por las que las pequeñas empresas deben digitalizarse ya

Durante años, la transformación digital se percibió como una aspiración deseable para las grandes corporaciones. Un lujo para quienes podían invertir en innovación tecnológica y departamentos de IT. Sin embargo, en los últimos tiempos —y especialmente tras la pandemia y el auge de nuevas amenazas híbridas— se ha convertido en una necesidad urgente también para las pequeñas y medianas empresas (pymes). El término digitalización puede parecer abstracto, pero en realidad alude a procesos muy concretos: cómo una empresa gestiona sus datos, cómo se comunica con sus clientes, cómo protege su información, cómo toma decisiones o cómo adapta sus productos a entornos cada vez más interconectados. No se trata solo de usar nuevas herramientas, sino de repensar cómo se trabaja, cómo se compite y cómo se sobrevive.

Por qué las pymes deben tomarse en serio la digitalización

En la Unión Europea, más del 99% del tejido empresarial lo forman pymes. En sectores tradicionales como la construcción, el comercio o los servicios, muchas pymes siguen operando con procesos manuales, decisiones basadas en intuición y una escasa protección digital. En este contexto, digitalizar no es una cuestión estética: es vital para sobrevivir y adaptarse.

Algunas razones clave:

  • Aumento de la productividad: la automatización de procesos rutinarios permite a los equipos centrarse en tareas de mayor valor añadido.

  • Mejor toma de decisiones: el análisis de datos, incluso a pequeña escala, facilita entender mejor al cliente, anticipar la demanda o gestionar los costes.

  • Resiliencia ante crisis: empresas digitalizadas pueden adaptarse más rápido a interrupciones del mercado o cambios regulatorios.

  • Seguridad: en un contexto de creciente exposición a ciberataques, contar con medidas básicas de ciberseguridad ya no es una opción, sino una obligación.

  • Acceso a nuevos mercados: la digitalización abre puertas al comercio electrónico, a la internacionalización y a nuevas formas de colaboración empresarial.

Aunque la adopción de IA en pymes aún es limitada, los avances recientes son notables. Según Eurostat, en 2024 sólo el 13,5 % de las empresas con más de 10 empleados en la UE utilizaban alguna tecnología de IA, frente a un 41 % en grandes empresas . Sin embargo, el 90% de las pymes que ya adoptaron IA notan mejoras en productividad, y el 75% destaca avances concretos en la relación con clientes.

 

El reto: recursos limitados y brecha de conocimiento

El gran problema no es tanto la voluntad, sino los recursos. Muchas pymes carecen de personal cualificado, tiempo o presupuesto para invertir en tecnología o formación. A menudo, hay también un factor cultural: la resistencia al cambio, el desconocimiento o la percepción de que la digitalización es “cosa de otros”.

Asimismo, la incorporación de nuevas tecnologías debe ir necesariamente acompañada de una estrategia sólida y formación específica. Adoptar soluciones digitales sin un enfoque planificado en ciberseguridad expone a las pymes a riesgos crecientes. Los incidentes de seguridad son cada vez más comunes, y sus consecuencias pueden ser devastadoras: según IBM, el coste medio de una brecha de datos para una pequeña empresa oscila entre 120.000 y 1,24 millones de dólares. En este contexto, no basta con digitalizarse: es imprescindible hacerlo de forma segura, consciente y con visión de largo plazo.

Por eso, la formación especializada, práctica y accesible es fundamental, especialmente en herramientas que permitan aplicar soluciones sin necesidad de ser experto técnico.

Pymes en sectores de seguridad, defensa y ciberseguridad

Las empresas que operan en sectores estratégicos como la seguridad, defensa o ciberseguridad enfrentan retos adicionales. No solo por los altos niveles de exigencia técnica y legal, sino por la creciente exposición a amenazas híbridas: ataques cibernéticos, fugas de información, manipulación digital o interrupciones operativas intencionadas.

En estos ámbitos, la inteligencia artificial y la automatización no son opcionales: son herramientas de supervivencia. Desde la monitorización de riesgos en tiempo real hasta la gestión de datos sensibles o la protección de infraestructuras críticas, la IA ya forma parte del nuevo perímetro de seguridad empresarial.

No obstante, muchas pymes del sector aún carecen de estrategias digitales sólidas, o se enfrentan solas a desafíos complejos sin recursos internos suficientes. Aquí, la digitalización estratégica, el acceso a tecnologías de IA explicable y el desarrollo de planes de transformación adaptados resultan fundamentales no solo para competir, sino para proteger.

No se trata de tecnología, sino de estrategia

Digitalizar una pyme no es instalar software, sino adoptar una nueva mentalidad. Es entender que los procesos pueden ser más eficientes, que el cliente puede estar mejor atendido, que la información puede usarse con inteligencia. Es transformar el negocio para hacerlo más ágil, más seguro y más conectado con su entorno. La digitalización es también una cuestión de equidad. De garantizar que pequeñas empresas en zonas rurales, sectores tradicionales o contextos vulnerables puedan competir en igualdad de condiciones. Que no queden atrás en un sistema cada vez más tecnológico.

La transformación digital de las pequeñas empresas ya no es una ventaja competitiva: es una condición mínima para seguir siendo relevantes. Frente a una economía cada vez más global, automatizada y digital, las pymes necesitan dar el salto con visión, acompañamiento y soluciones realistas. Invertir en digitalización no es solo apostar por la tecnología: es reforzar el tejido empresarial, proteger su autonomía y prepararlo para el futuro. Especialmente en sectores clave como la defensa, la seguridad o la infraestructura crítica, donde la frontera entre lo digital y lo estratégico ya no existe.

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