Afganistán – Un terremoto de magnitud 6.0 sacudió el este de Afganistán, causando la muerte de más de 800 personas e hiriendo a más de 3.000. El epicentro se localizó a unos 42 kilómetros de Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, a una profundidad superficial de apenas ocho kilómetros, lo que amplificó la fuerza destructiva percibida en la superficie. El sismo sacudió grandes áreas de la región y también se sintió con fuerza a través de la frontera en Pakistán, incluyendo Islamabad, aunque no se reportaron víctimas allí.
Pueblos enteros en Kunar, Nangarhar, Laghman, Nuristán y Panjshir quedaron reducidos a escombros. Las operaciones de rescate se han visto obstaculizadas por deslizamientos de tierra, carreteras dañadas y fuertes lluvias, dejando a muchas comunidades aisladas. El Ministro del Interior talibán, Sirajuddin Haqqani, ordenó una aceleración urgente de las operaciones de búsqueda y rescate, priorizando las áreas más remotas. Según el portavoz talibán Zabihullah Mujahid, se están desplegando equipos adicionales desde provincias vecinas y se están movilizando “todos los recursos disponibles” para salvar vidas.
La misión de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) expresó profunda consternación por el desastre y confirmó que sus equipos ya se encuentran sobre el terreno, proporcionando asistencia de emergencia y evaluando necesidades urgentes como refugio, atención médica y logística para llegar a las zonas inaccesibles. También comienza a fluir la ayuda internacional, con ofertas de asistencia de Naciones Unidas, Emiratos Árabes Unidos, India, China, Irán y el Reino Unido.
Los observadores advierten que el desastre podría agravar la frágil crisis humanitaria de Afganistán, ya que miles enfrentan el doble desafío del desplazamiento y la escasez de alimentos, medicinas y refugio. Los servicios de emergencia permanecen en alerta máxima ante el riesgo de réplicas y nuevos deslizamientos de tierra.