De escoltas a estrategia: por qué el estándar de Protección Ejecutiva de ASIS marca un antes y un después
La Protección Ejecutiva ASIS International inaugura una nueva etapa en la gestión de riesgos empresariales. Hasta hace poco, el concepto se asociaba con vehículos blindados o escoltas discretos. Hoy, el nuevo Executive Protection Standard (EP Standard) redefine esa función, integrándola en la gobernanza y en la resiliencia organizacional. Publicado en septiembre de 2025, el estándar se centra en liderazgo, recursos, mejora continua y alineación con los objetivos del negocio.
¿Qué es la protección ejecutiva?
Es una disciplina especializada de la seguridad que se centra en prevenir riesgos y garantizar la integridad física, psicológica y reputacional de directivos, autoridades y otras personas expuestas a amenazas específicas. Va mucho más allá del simple acompañamiento físico: combina análisis de riesgos, planificación estratégica, inteligencia preventiva y gestión de crisis. Su objetivo es permitir que los protegidos mantengan su actividad con normalidad y seguridad, integrando la protección en su entorno personal, corporativo y operativo de forma discreta y eficiente.
¿Qué impulsa este cambio?
- La complejidad del entorno global: viajes más frecuentes, amenazas digitales, cadenas de suministro y reputaciones interconectadas.
- La necesidad de alinear la protección al negocio y no verla como un “extra” operativo.
- Y la urgencia de medir, auditar y mejorar los programas de protección ejecutiva, algo que hasta ahora era más arte que ciencia.
Según Chuck Tobin, presidente del Comité Técnico que desarrolló el estándar de Protección Ejecutiva de ASIS International:
«Este estándar refleja la experiencia colectiva de profesionales veteranos en protección ejecutiva, que entienden que una protección eficaz requiere mucho más que seguridad física. Exige pensamiento estratégico, planificación meticulosa y una coordinación impecable.»
Tres claves que diferencian el nuevo estándar de Protección Ejecutiva ASIS International
- De táctico a programático
En vez de centrarse en lo que hace el equipo protector, aunque sigue siendo importante, el EP Standard pide que toda la organización tenga un programa con: políticas claras, asignación de recursos, roles definidos, métricas de desempeño. - Integración con la gestión del riesgo
El enfoque ya no es solo “¿cómo protegemos a X?” sino “¿cómo la organización gestiona los riesgos que podrían afectar a X y al negocio?”. Esto exige análisis de amenazas, evaluación de vulnerabilidades, conexión con la estrategia global de riesgos. -
Escalabilidad y gobernanza global
El estándar usa el modelo PDCA (Plan-Do-Check-Act) ,el mismo que muchas normas de gestión como ISO, lo que permite que aplique tanto a grandes multinacionales como a empresas con un líder expuesto. También asegura que la documentación sea coherente, auditable y defendible ante crisis o auditorías
¿Para quién es este estándar?
Está dirigido especialmente a organizaciones, responsables de seguridad corporativa, gestores de riesgo y alta dirección que deciden y supervisan programas de protección ejecutiva. No se enfoca exclusivamente en los agentes o escoltas, sino en el marco organizativo que hace que la protección sea sostenible y eficaz.
¿Qué no es el estándar?
- No es una certificación individual para escoltas.
- No prescribe tácticas específicas como por ejemplo, cómo conducir o reaccionar en cada escenario.
- No es obligatorio: su adopción es voluntaria, aunque se convierte en una referencia de buenas prácticas profesionales.
¿Por qué es relevante para tu empresa?
En un mundo donde la visibilidad de los líderes, la reputación corporativa y la exposición global aumentan, contar con un programa de protección ejecutiva bien gestionado deja de ser un lujo y pasa a ser una necesidad estratégica.
Un programa alineado con el EP Standard ofrece:
- Lenguaje común entre seguridad, dirección y negocio.
- Procesos trazables y defendibles ante auditorías o crisis.
- Resiliencia real: la capacidad de absorber lo inesperado, adaptarse y seguir operando.
¿Qué implica para las organizaciones?
La publicación del EP Standard marca un punto de inflexión: obliga a repensar cómo las empresas estructuran la protección de sus líderes y cómo la integran en su modelo de gestión del riesgo. Las organizaciones más avanzadas ya están evaluando sus marcos de gobernanza, recursos y métricas para alinearse con un enfoque más documentado, medible y estratégico.
Más que aplicar una lista de tareas, el reto pasa por consolidar la protección ejecutiva como parte del ADN corporativo, con procesos capaces de sostener la continuidad y la confianza incluso en entornos de alta exposición.
Por último: hacia una cultura de protección integrada
El nuevo estándar de ASIS International nos recuerda que la protección ejecutiva ya no es solo una cuestión de escoltas o vehículos blindados. Es una función empresarial clave que protege personas, pero también decisiones, reputación y continuidad.
Adoptarlo no es simplemente cumplir una norma más, sino transformar la seguridad ejecutiva en un activo estratégico. Porque al final, la ventaja competitiva estará menos en adivinar qué amenaza viene a continuación, y más en tener la capacidad de resistirla, adaptarse y emerger más fuerte.
¿Está tu empresa realmente preparada para proteger a sus líderes ante amenazas que evolucionan cada día?
En ACK3 ayudamos a las organizaciones a implementar este marco para anticipar, responder y mantener la continuidad operativa incluso en los entornos más inciertos.

